Publicado en el enlace siguiente: Fecha: 0/0/2010
AL DÍA LOCAL
La playa de Hondarribia acoge por cuarto año consecutivo el 'Baño sin Barreras'
23.07.10 - 02:09 - ELVIRA C. GARCÍA VIDALES
HONDARRIBIA.
|
Relajada. José Luis ayuda a Pilar mientras disfruta de un
refrescante baño. FOTOS: F. DE LA HERA
|
'Baño sin Barreras' se ofrece en la playa de Hondarribia de 11.00 a 18.00 horas, de lunes a domingo, hasta el 5 de septiembre. Más información y reservas en el teléfono 651 902 666 .«Tenemos buen tiempo hoy, ¿eh, Lupe?», «Desde luego, Pilar. Una se pega un baño y se queda como nueva». Pilar tiene 71 años, sufrió un derrame cerebral y una rotura de cadera hace años, pero hasta el verano pasado iba dándose un paseo hasta la playa de Hondarribia. Lupe padece esclerosis múltiple, «pero eso no me impide disfrutar del sol, la playa y el mar como todo el mundo».
|
Rosa, en la 'silla anfibia', a punto de darse un chapuzón. |
Se conocieron en 2006, cuando el servicio social 'Baño sin Barreras' se estrenaba en el arenal de este municipio, elegido de entre todos los del territorio por la Federación Guipuzcoana de Deporte Adaptado para poner en marcha esta iniciativa por las buenas condiciones de accesibilidad que presenta y el oleaje calmado de sus aguas. Aquí, las personas con movilidad reducida disfrutan como cualquiera de los placeres del verano: se relajan, toman el sol y disfrutan de un refrescante baño; eso sí, con la ayuda de profesionales de la Federación como José Luis, Laida, Gabi o Gentzane.
«Yo estudié Educación Física y luego hice un master de deporte adaptado; pero aquí somos de todo: auxiliares, psicólogos, amigos...», cuenta Laida mientras desaparca una 'silla anfibia' para ir en busca de Ernesto, un eibartarra que participa por primera vez en esta iniciativa y que está deseando darse un chapuzón después de dos años sin sentir el agua del mar.
|
Rosa, tras su primer baño en diez años, se muestra emocionada. |
«¡Está buenísima!», exclama emocionado, y José Luis Múgica, el responsable de 'Baño sin Barreras', le indica: «Ahora voy a ponerte este chaleco especial y vamos a nadar un rato, ¿vale? Relájate, Ernesto, voy a sujetarte la cabeza hacia atrás mientras nadas. Despacio. No seas impulsivo. Con tranquilidad..., tan importante es nadar como reponer fuerzas». La filosofía de estos monitores es explicar todo y en todo momento a los usuarios de este servicio, para, de este modo, transmitirles confianza y seguridad; algo imprescindible, pues el mar no es un medio natural conocido para estas personas, y esto les inquieta.
Sin embargo, miedos y nervios aparte, las cifras hablan por si solas: «Desde que pusimos en marcha la iniciativa su aceptación y uso han crecido de manera muy satisfactoria», cuenta orgulloso José Luis. Durante el primer año, en 2006, 400 personas hicieron uso de este servicio, mientras que el año pasado lo disfrutaron 675 usuarios. «Pilar y yo venimos siempre que podemos. Hay que aprovechar este tipo de ayudas, porque si no las personas que padecen dificultades como las nuestras no podrían disfrutar del verano como las demás», dice Lupe. Cabe destacar que Cruz Roja también ofrece este tipo de servicio en otras playas de la provincia.
Un baño vital
'Baño sin Barreras' depende completamente de subvenciones de Kutxa, Diputación y el Ayuntamiento de Hondarribia. «Este año, debido a la crisis económica, pensábamos que el servicio se suspendería... Y, al final, menos mal que ha salido adelante, porque si les quitas esto, les quitas media vida», explica Gentzane.
Mientras, Rosa, que viene con un pequeño grupo de la residencia San Markosene de Errenteria, llega en otra 'silla anfibia' al puesto de 'Baño sin Barreras' despúes de haberse dado un refrescante y terapéutico chapuzón: «Hacía casi diez años que no me bañaba en el mar y estaba un poco asustada, pero me ha encantado la experiencia».
Aunque el resto de la gente que disfruta de la playa les mira, este colectivo está muy integrado en el entorno, porque esa mirada no es incómoda, sino sonriente, emotiva..., ya que la fuerza y voluntad que estas personas irradian y demuestran al vencer las barreras que su falta de movilidad les impone es indescriptible.