HONDARRIBIA. DV. Tomar el sol en la arena, un baño en agua salada o dar un paseo por la orilla: son pequeños placeres veraniegos que parecen al alcance de todos. Sin embargo, no siempre es tan sencillo. Para las personas con movilidad reducida, las posibilidades de ocio que ofrece la playa resultan más difíciles de disfrutar... pero no imposibles.
Gracias al servicio Baño sin barreras, organizado por la Federación Guipuzcoana de Deporte Adaptado, son cientos los usuarios con algún tipo de discapacidad que han podido disfrutar de un refrescante chapuzón, de un baño de sol... «Al final, es su día de playa, y nosotros estamos a su servicio», explica José Luis Mujika, coordinador del servicio.
Hay quien prefiere pasar unas horas, y quien se queda todo el día. A algunos les encanta tomar el sol, y los hay que optan por quedarse conversando a la sombra, o volver al agua en cuanto se pueda. En definitiva, cada uno disfruta de la playa como le apetece, y es que «así es como debe ser. El objetivo es que lo pasen bien, no necesitan más que un poco de apoyo y que no se les deje solos. Al final, todos disfrutamos de un buen ambiente», subraya José Luis Mujika. Su labor y la de los demás trabajadores y colaboradores del Baño sin barreras hacen posible que la playa de Hondarribia sea, realmente y en la práctica, para todos.
Para ellos, la jornada arranca a las diez de la mañana «con una valoración del día y los pronósticos del tiempo. Hay que tener en cuenta para nuestros usuarios la sensación de frío suele ser mayor». Si las previsiones son positivas, a las 11.00 se abre el Baño sin barreras y empieza un nuevo día de playa. «A muchos de los usuarios vamos a recogerlos. Contamos con un servicio de transporte para que no tengan ningún problema para llegar hasta aquí».
Mucho más que un baño
Y una vez en la playa, «cada uno la disfruta a su manera», si bien en días calurosos muy pocos se resisten a darse un refrescante chapuzón. Gracias a las sillas y muletas anfibias, acceder a la orilla no resulta una tarea imposible. «No se trata sólo de meterles en el agua», explica José Luis Mujika. «Allí se les intenta 'activar', movilizarles... Aunque les suponga más esfuerzo, lo agradecen mucho. El agua les brinda unas posibilidades de movimiento de las que no pueden disponer cuando están en tierra firme». Y si el usuario se anima, «cuando va perdiendo el miedo al agua puede quitarse el chaleco, y le ayudamos a nadar con una tabla como las que se suelen usar en las piscinas».
Después del baño, cada uno disfruta de su tiempo de ocio en la playa como quiere. «Entre los usuarios y los trabajadores del servicio se crea un ambiente muy familiar», asegura José Luis Mujika. Son muchos los que se quedan a pasar el día, para así, por la tarde, poder disfrutar de un segundo baño.
Por supuesto, siempre es importante estar al tanto de los posibles cambios climatológicos. «Tenemos una relación muy buena con Cruz Roja y estamos en permanente contacto con ellos», señala José Luis Mujika. «Nos informan de la situación meteorológica y si, por ejemplo, se acerca una galerna, nos mantienen avisados en todo momento».
Y es que en un servicio de estas características, la buena comunicación y compenetración entre sus miembros resulta imprescindible. «Nuestros trabajadores son muy buenos. Entre nosotros hay una excelente dinámica de trabajo, nos entendemos y organizamos sin problemas», explica José Luis Mujika.
La única en Gipuzkoa
Debido a que un servicio de estas características supone «un gasto importante», la labor de los patrocinadores, en este caso Kutxa, es muy importante. «En los tres años que llevamos con el proyecto se han volcado con nosotros», señalaba Mujika. El servicio Baño sin barreras cuenta asimismo con la colaboración del Ayuntamiento, la Diputación de Gipuzkoa y diariovasco.com. Cabe remarcar, asimismo, el hecho de que el servicio de Baño sin barreras existe únicamente en la playa de Hondarribia. «Se eligió ésta de entre todas las de Gipuzkoa porque es la que reúne mejores condiciones en cuanto a seguridad. Otras playas no nos ofrecen las mismas garantías en cuando a nivel de agua, oleaje, o acceso a las mismas». Tal y como subrayaba José Luis Mujika, «lo más importante es la seguridad del usuario».
Ojalá el próximo verano la iniciativa se extienda a otros lugares, y sean más las playas de las que podamos disfrutar todos, sin excepción.

En Hondarribia, todo el mundo puede disfrutar de un refrescante baño. / F. DE LA HERA

Mujika ayuda a uno de los usuarios. / F. DE LA HERA
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